Historia
Comunidad autónoma española
constituida en 1981 tras la aprobación de su Estatuto de
Autonomía; en 1982 éste entró en vigor y el nombre de
provincia de Santander fue sustituido por el de Cantabria. Su
superficie es de 5.289 km2 y constituye, junto con la
Comunidad de Madrid, la Región de Murcia, La Rioja, la
Comunidad Foral de Navarra, el Principado de Asturias y las
Islas Baleares, una de las siete comunidades uniprovinciales
españolas. Limita al norte con el mar Cantábrico, al oeste
con el Principado de Asturias, al sur con Palencia y Burgos
(en la comunidad autónoma de Castilla y León) y al este con
Vizcaya (en la comunidad autónoma del País Vasco).
La presencia de grupos
humanos que ocuparon la zona durante la Prehistoria quedó
suficientemente demostrada con el hallazgo de la cuevas de
Altamira, uno de los testimonios más importantes del
Paleolítico en Europa. Estas cuevas pertenecen a la cultura
magdaleniense, fase final del último período interglaciar
(120 000-95 000 a C), correspondiente al Homo sapiens de
Neanderthal. Estuvo poblada por tribus celtas (cántabros y
astures), que se agrupaban en poblados --los castros--,
rodeados de una muralla defensiva. Estos pueblos tenían una
organización social de carácter matriarcal y una economía
basada en la agricultura y la ganadería. Roma consiguió
dominar el territorio en el siglo I a C, tras encontrarse con
una dura resistencia, aunque la romanización fue muy débil
en este territorio. En el s. V se produjo la invasión
visigoda, y se creó el ducado de Cantabria. La zona
significó un enclave cristiano durante la invasión
musulmana en el s. X; integrados en el reino de Asturias, los
cántabros colaboraron con Fernando III en el proceso de la
Reconquista. Sus puertos, que tuvieron gran importancia
comercial y pesquera, estuvieron directamente controlados por
la corona castellana. Así, en el s. XVI se vieron afectados
por la crisis que había arruinado el comercio castellano. En
el XVIII se produjo una recuperación demográfica y
económica, puesto que Cantabria suponía para Castilla una
importante conexión marítima en el comercio con América.
En 1808, durante el dominio napoleónico, se creó la
provincia de Santander en los límites territoriales de la
actual Cantabria. La pérdida colonial supuso para la región
un duro golpe económico al perder el intercambio comercial.
Durante la dictadura franquista se inició un proceso de
industrialización, aunque la ganadería, la pesca y el
turismo han venido siendo los motores de la economía
cántabra. Con la llegada de la democracia en 1980, la
provincia de Santander se convirtió en la Comunidad de
Cantabria, y consiguió su Estatuto de autonomía en febrero
de 1982. La Diputación, ubicada en la capital de la
comunidad,está formada por una Asamblea, un Consejo de
Gobierno y su presidente. La Asamblea es el máximo órgano
de la comunidad, consta de 35 a 45 miembros y es elegida cada
cuatro años. Sobre ella recae el poder legislativo, la
supervisión del Consejo de Gobierno y la elección del
presidente.
Arte
Las pinturas rupestres de las cuevas de
Altamira, cerca de Santillana del Mar, constituyen una de las
muestras del arte del Paleolítico más importantes de
Europa. Los vestigios de la dominación romana son escasos.
Destacan las ruinas en las inmediaciones de Reinosa y las
pertenecientes a la antigua Julióbriga. La muestra más
importante de la arquitectura religiosa es la catedral
gótica de Santander iniciada en el s. XII y reformada
sucesivamente hasta su conclusión en el s. XVIII. Ya en el
XX, la actividad artística dominante la constituye la
pintura, con autores como G. de Alvear, M. Blanchard, Pancho
Cossío, F. Delapuente, M. Sáez, P. Sobrado, A. Celis,
Uslé, Martínez Cano, Navarro Baldeweg. Así mismo, destacan
los escultores Azpiazu y Muriendas.
Recursos Naturales
Las densas masas boscosas
proporcionaron abundante fuente energética a las ferrerías
y a la industria naval establecida en Santoña y Astillero,
pero poco a poco fueron reduciendo su extensión. Sus
importantes minas de cinc, localizadas en la parte
occidental, y las de hierro, al este de la comunidad, han
favorecido su industrialización.
Cantabria es un
territorio fundamentalmente montañoso. El rasgo más
peculiar de su relieve es el contraste entre su estrecha
franja litoral, La Marina, y el interior, La Montaña. Las
tierras costeras no sobrepasan los 10 km de ancho y no
superan los 200 m de altitud. Los 218 km de costa están
fragmentados en zonas de playas de finas arenas, acantilados,
calas, rías, marismas y numerosas bahías como la de San
Vicente de la Barquera, Suances, Santoña y la de Santander,
que es la más extensa. La sierra del Escudo de Cabuérniga
marca el límite entre La Marina y los encajados valles de La
Montaña. La Montaña ocupa la mayor parte de la comunidad y
corresponde al sector central de la cordillera Cantábrica.
Son alineaciones montañosas que toman una dirección
norte-sur y que están cortadas por profundas hoces excavadas
por ríos como el Nansa, Saja, Besaya, Pas, Pisueña y Miera,
entre otros; en ellas se localizan altos valles interiores
como el de Liébana, Asón, Agüera, Campoo o Valderredible.
Las cimas más altas están en el sur: Peña Labra, Sejos,
Castro-Valnera y Lasía. En el suroeste, en los Picos de
Europa, se alza el pico más elevado, Peña Vieja, con 2.613
m de altura. Al sur de la cordillera Cantábrica se encuentra
la Cantabria meridional, donde se localiza la depresión de
Campoo; son tierras llanas, por encima de los 800 metros. En
Fontibre, que pertenece al valle de Reinosa, nace el río
Ebro. Los glaciares han modelado las cimas más altas de los
valles cántabros, destacando el circoglaciar de Fuente Dé,
las morrenas de Aliva, en los Picos de Europa, o el de la
sierra de Peña Labra. También las rocas calizas de los
macizos, en sus extremos oriental y occidental, han dando
lugar a la aparición de grandes relieves cársticos al
disolverse con el agua este tipo de rocas, excavando así
grutas y galerías subterráneas.
Clima
El clima atlántico,
húmedo y templado, predomina en la región y tan sólo en el
extremo meridional presenta rasgos de continentalidad, con
inviernos fríos. Las tierras llanas de La Marina permiten
que las masas de aire oceánicas alcancen las zonas del
interior, suavizando así las temperaturas. En las cumbres de
las montañas que superan los 1.700 m pueden encontrarse
lugares de características climáticas subalpinas, con
fríos intensos y nieves perpetuas. La hoya de Liébana es
una excepción climática al quedar protegida por los Picos
de Europa, lo que provoca que tenga veranos calurosos,
inviernos templados y bajos niveles de lluvia. Las
precipitaciones se producen a lo largo de todo el año y
alcanzan un promedio de 1.200 mm anuales. La lluvia es
abundante en la costa y aumenta en las montañas, donde puede
llegar a los 2.000 milímetros.
Hidrografía
Los ríos cántabros son
cortos y caudalosos, y en sus cabeceras presentan
características propias de la erosión glaciar. Han cortado
las montañas excavando laderas verticales y una vez llegados
a La Marina discurren formando meandros y amplios estuarios
en sus desembocaduras, como les ocurre al Besaya y al Pas.
Flora y Fauna
La vegetación frondosa y siempre verde
es la característica de las tierras atlánticas. Los
tradicionales bosques de robles y hayas ocupan hoy espacios
muy reducidos por la acción humana y tan sólo quedan restos
en La Marina y en algunos valles interiores como en el Parque
natural del Saja-Besaya. Los brezos y matorrales atlánticos
cubren las zonas de las sierras en las que no crece la
pradera o que no han sido reforestadas. El eucaliptos y el
pino de Monterrey son los árboles más utilizados en las
campañas de reforestación. Las praderas se extienden por
más de 200.000 ha y tienen gran valor paisajístico y
económico. La fauna es muy variada. En las tierras bajas de
La Marina hay garzas imperiales y cigüeñuelas y hacia las
montañas interiores, buitres leonados. En las áreas
boscosas de La Montaña habitan los últimos osos pardos de
Cantabria, así como urogallos, azores, corzos y martas. En
los ríos cántabros hay nutrias y salmones.
Economía
La industria es la
actividad económica fundamental, proporcionando empleo a
casi el 40% de la población activa. La ganadería, la pesca
y los servicios, especialmente el sector turístico, son
también componentes básicos de su desarrollo. El desarrollo
industrial de la región estuvo vinculado, en un principio, a
la minería, pero pronto diversificó su actividad hacia la
metalurgia, la química y la alimentación. Las industrias
metálicas -siderurgia, construcción naval y automoción-
son las más importantes por el valor de su producción y por
el número de puestos de trabajo que generan, aunque hoy
sufren un proceso de reconversión. Reinosa y Torrelavega son
las ciudades más importantes de este tipo de industria.
Torrelavega es, además, el centro principal de la industria
química de la región, que proporciona carbonato de sosa,
ácido sulfúrico, caucho y celulosa, entre otros productos;
Santander y Castro Urdiales tienen también industrias
químicas de fuerte impacto ambiental. Las industrias de
conservas y las lácteas se localizan respectivamente en las
villas costeras -Santoña, Laredo y Castro Urdiales- y en las
zonas rurales, y han transformado las tradicionales
actividades pesqueras y ganaderas. Las sardinas, las anchoas
y las vacas lecheras son la base de los productos elaborados
que generan estas industrias. La cabaña de reses vacunas,
sobre todo de ganado frisón, ronda las 350.000 cabezas y la
mitad son vacas destinadas a la producción de leche -400.000
litros al año- y a la recría de terneros que se venden por
toda España. El atractivoturístico de Cantabria hace que
anualmente medio millón de personas se desplacen a ella,
tanto al litoral, sobre todo el occidental, como por el
interior. Los Picos de Europa atraen un cada vez más
numeroso turismo de montaña. La crisis del sector
industrial, pesquero y ganadero, que se adaptan con
dificultad a los límites establecidos por la Unión Europea,
está provocando que se fomenten, en mayor medida, las
actividades terciarias relacionadas con el tiempo libre.
Comunicaciones y Comercio
La red de comunicaciones
en Cantabria se establece en torno a dos ejes fundamentales:
las carreteras que conectan las villas costeras entre sí,
pasando por Santander y Torrelavega, y por otro lado la
carretera y el ferrocarril que unen estas dos ciudades con
Reinosa en dirección a Burgos. El puerto de Santander
mantiene un activo tráfico de pasajeros, en especial hacia
Gran Bretaña, lo que ha permitido establecer una línea
regular de transbordadores o ferrys y es el punto comercial
más importante de la región.
Población
Cantabria tiene una
población (según estimaciones para 1995) de 541.885
habitantes, lo que representa una densidad de 102 hab/km2. Su
población está desigualmente repartida. La
industrialización ha provocado fuertes migraciones internas
desde las tierras del interior, rurales y montañosas, hacia
las zonas industriales y urbanas, en especial hacia
Santander, la capital, y su área metropolitana, que incluye
un cinturón industrial y cuenta con 250.000 habitantes, y
Torrelavega, principal núcleo fabril, donde viven más de
60.000 personas. En esta comunidad pocas poblaciones superan
los 15.000 habitantes, como Reinosa, Castro Urdiales, Laredo
o Santoña.
División administrativa y principales villas y ciudades
Cantabría es una comunidad uniprovincial en
la que hay pocas ciudades. Santander, la capital, es la
única a la que se le puede denominar propiamente así. Es
una de las más bellas urbes españolas, famosa por su playa
de El Sardinero y la península de la Magdalena. Torrelavega es la segunda ciudad en
importancia de Cantabria. Es una urbe industrial y ganadera
que se alza a orillas del río Besaya. A ocho kilómetros se
encuentra Santillana del Mar, famosa por su cueva de
Altamira, declarada en 1985 Patrimonio de la Humanidad por la
UNESCO. Reinosa, a orillas del río Ebro, es el principal
núcleo urbano de la comarca meridional de Campoo y su
condición de región de tránsito hacia Castilla se
manifiesta en su arquitectura. Castro Urdiales es la ciudad
costera más occidental. Su importancia naval, comercial y
minera en el pasado se evidencia en el espectacular conjunto
de edificios históricos que conserva. Potes es la capital
histórica y geográfica de Liébana. Su cercanía a los
Picos de Europa realza su valor patrimonial y su centro
urbano ha sido declarado monumento histórico-artístico.
Instituciones de Gobierno
En 1981 se aprobó el
Estatuto de Autonomía y se constituyó el gobierno
autónomo, la Diputación Regional de Cantabria
y la Asamblea Regional. Su bandera está formada por dos
franjas horizontales, la superior blanca y la inferior roja.
En el escudo se representan, en su parte superior y sobre
fondo azul, una torre almenada, una embarcación que ha roto
una cadena (ambas bañadas por el mar) y dos cabezas de lo
que parecen ser santos. En su parte inferior, sobre fondo
rojo, aparece una estela en forma de disco decorada con
motivos geométricos.
Manisfestaciones Culturales y Artisticas
Los cursos de verano que
organiza la Universidad Internacional Menéndez Pelayo
(UIMP), con sede en el palacio de la Magdalena de Santander,
el Festival Internacional de Música y Danza de Santander junto al concurso internacional
de piano Paloma O'Shea, son los acontecimientos culturales de
mayor trascendencia internacional de esta comunidad. Las
cuevas prehistóricas de El Castillo, Las Chimeneas y La
Pasiega, en Puente Viesgo, y sobre todo la de Altamira son
importantes núcleos de atracción turística y científica.
La arquitectura popular cántabra está caracterizada por la
cabaña pasiega (construida con piedras y tejado de losas de
piedra de arenisca) y el hórreo, del que quedan algunos
ejemplares en la zona de Liébana. Torres de origen medieval
y renacentistas son también típicas de Cantabria. La
colegiata del monasterio de Santillana de Mar es una
destacada muestra del arte románico. Cantabria está ligada
a las artes desde muy antiguo. Y si no han nacido en sus
tierras muchos nombres ilustres -aunque los ha habido- sí ha
sido lugar de adopción e inspiración para personajes que
forman parte de la historia de la cultura española. El
nombre más antiguo del que se tiene constancia es el beato
de Liébana, que en la segunda mitad del siglo VIII, además
de escribir sus Comentarios al Apocalipsis -obra que después
sería copiada e iluminada repetidamente dando lugar a los
manuscritos llamados beato-, mantuvo una famosa disputa
teológica con Elipando de Toledo. En el siglo XV destaca la
figura literaria de Íñigo López de Mendoza, marqués de
Santillana, hombre nacido en Carrión de los Condes
(Palencia) y que prestó servicios diplomáticos a Juan II de
Castilla, por lo que el rey le otorgó el marquesado de la
hermosa villa marinera. En el renacimiento el santoñés Juan
de la Cosa, que había acompañado a Cristóbal Colón en la
nao Santa María en 1492, realizó el primer mapamundi que
incluía las tierras del Nuevo Mundo. De Camargo era el
arquitecto Juan de Herrera, autor del palacio monasterio de
El Escorial. Se produce un vacío de casi doscientos años
hasta la aparición del pintor santanderino José Madrazo,
gran retratista, pintor de cámara y que, desde 1838 hasta su
muerte, fue director del Museo del Prado de Madrid. En 1831
se produce un evento de enorme trascendencia: Marcelino Sanz
de Sautuola descubre las magníficas pinturas rupestres de la
cueva de Altamira. El final del siglo XIX está marcado por
una rica literatura costumbrista regional que inicia Amós de
Escalante (1831-1902), autor de libros como Costas y
montañas. Aunque el gran escritor de La Montaña es José
María de Pereda (1833-1906), nacido en Polanco y que hizo de
su tierra y sus gentes los protagonistas indiscutibles de sus
obras, entre ellas las inolvidables Sotileza y Peñas arriba.
El escritor canario Benito Pérez Galdós era un gran amigo
suyo y pasó muchos veranos en su compañía; resultado de
esa estancia es su novela Marianela. De Santander era el gran
crítico literario Marcelino Menéndez Pelayo, al que se
considera un auténtico sabio y que llegó a ser miembro
numerario de cuatro academias españolas con poco más de 50
años de edad. También de Santander fueron la escritora
Concha Espina y la pintora María Blanchard. La primera tuvo
un gran éxito en su época con novelas realistas como El
metal de los muertos, sobre una huelga minera, La niña de
Luzmela, un análisis psicológico femenino, o Las alas
invencibles, a favor de los combatientes franquistas. La
segunda no alcanzó reconocimiento hasta después de su
muerte. El mundo de la música lo llena Ataúlfo Argenta,
compositor, pianista y director, uno de cuyos mayores
méritos fue el haber dirigido en agosto de 1953 las nueve
sinfonías de Beethoven durante las jornadas del recién
inaugurado Festival de Santander, que se celebraba en la
Plaza Porticada. Otro escritor ilustre, nacido en Valladolid
pero afincado en Tudanca y maestro del toreo con la pluma,
fue José María Cossío (1892-1977), autor de la gran
enciclopedia de cuatro volúmenes titulada Los toros.
Cantabria también dio un notable poeta a la generación del
27 y las vanguardias: Gerardo Diego (1896-1987), con una obra
de gran musicalidad y perfección formal y estilística. Fue
Premio Nacional de Literatura en 1925 y recibió el Cervantes
en 1979, compartido con el argentino Jorge Luis Borges. En
otro orden de cosas, hay que destacar como actividad
recreativa más tradicional de la región el juego de los
bolos, que solía practicarse bajo un gran roble, árbol en
torno al que se reunían los concejos, constituidos como
organizaciones democráticas locales en las que participaban
todos los habitantes del pueblo o aldea.
Gastronomia
En la gastronomía
destacan tres tipos de platos: los cocidos de alubias o
garbanzos, en especial el cocido montañés, que es el
símbolo de la cocina cántabra, los pescados -salmón,
trucha, bonito, sardina y langosta- con los que se elabora la
marmita (típico plato marinero) y los quesos -el queso
picón de Treviso, el ahumado de Aliva y los quesucos
lebaniegos-. La quesada, el arroz con leche, la leche frita y
los sobaos pasiegos son los postres más habituales.
Texto Oficina Turismo Cantabria
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